Técnica
Giacomo Raffaelli se considera el inventor de esta técnica, nacida en Roma a finales del siglo XVIII. El mosaiquista crea un compuesto a base de sílice fundido con óxidos metálicos en hilo continuo para obtener unas barras sumamente finas. Una vez cortadas en la sección requerida, forman teselas minúsculas que se ensamblarán sucesivamente. En 1775 Raffaelli inicia así a crear los micromosaicos. En este periodo los temas más comunes son los neoclásicos, seguidos por las vistas de monumentos y ruinas, y luego flores, animales y escenas de la vida popular. Los trabajadores realizaban souvenirs de gran valor para la aristrocracia, entretenida entonces con la moda del Grand Tour. Actualmente, para el micromosaico se utilizan sobre todo teselas de vidrio esmaltado de Murano, en hilo continuo y transformado en finas barras, o se adaptan las teselas clásicas de esmalte usadas para las composiciones canónicas.